Autora: Verónica Villa Agudelo
Editorial: Universidad Pontificia Bolivariana
N° de páginas: 251
Sinopsis:
“Marina Grisales es una guarda privada de seguridad que sabe
sacarle provecho a su aguzado instinto para descubrir lo que otros no ven, y
para desenmascarar mentirosos, criminales y hasta asesinos. Viuda, madre de un
desorientado treintañero e hija de un bruja declarada, su trabajo como
vigilante privada da un vuelco total cuando decide convertirse en el cómplice
del robo de un bolso, sin llegar a imaginar que su participación en este crimen
la conducirá a desenredar la muerte de un prestigioso político de la ciudad.
La historia se desenvuelve entre personajes singulares, humor negro, lenguaje coloquial y paisajes cotidianos de una Medellín que se narra desde la perspectiva de la autora para acercar a sus coterráneos a su propia tierra y presentarles a los foráneos una versión particular de la ciudad en la que nació, creció y habita en la actualidad”.
Opinión:
Llegué a este libro al presenciar una charla de la autora,
que, si bien no se centró mucho en la obra como tal, con los pocos atisbos que
dio, me generó cierta intriga por la historia.
Una historia policial, ambientaba en Medellín y que no se
dejaba ir por la trama de la violencia histórica que la misma ha sufrido. Era
algo que se tenía que leer y descubrir su misterio.
Y para mi grata sorpresa me encontré con una novela bastante
amena, si bien el misterio no es bastante enrevesado con un millar de pistas y
personajes de los que desconfiar. Te lleva muy bien de la mano sin saber lo que
va a pasar, con personajes que se expresan libremente, sobre todo porque lo
hacen con los modismos y la jerga propia de un paisa; es ese toque lo que
enriquece la obra, le da alma y sustancia, hace que las conversaciones
familiares de la protagonista sean divertidas y comunes.
Y el romance de este libro… solo se necesitaron unas cuantas
líneas de descripción de Romo para que yo ya estuviera gritando como
adolescente por sus interacciones con la protagonista.
Eso sí, el libro esta escrito con cierto formato de guion,
que para mi no es ajeno, por lo que me daba cierta facilidad para imaginarme
los escenarios y no perderme como de costumbre, pero no sé como será la
experiencia para alguien al que el formato sea ajeno. Aunque de por si la
autora da muchas anotaciones sobre lo que significa cada parte de este formato
así que no vas a estar perdido en la aventura.
Marina y el caso de plata, presenta una historia concisa, no
da muchas vueltas en el misterio, pero sabe mantenerlo hasta el final y te saca
más de una risa en el camino. Por lo que se ha ganado un espacio en mi corazón
que espera con ansias ponerse con la siguiente historia de nuestra
investigadora.
Qué aprendí:
En dicha charla la autora dijo que en un principio tenía
miedo del formato, y estando en su posición yo también lo tendría. Es algo que
se sale de la norma y eso nos han enseñado que no esta bien visto. Pero el
guion es el entorno que ella siempre se ha manejado y se nota, porque lo usa
para hablar con el alma, y yo soy partidario de decir que cuando escribes con
el alma muy rara vez sale algo deficiente.
Los modismos le dan personalidad al personaje y pueden
usarse para identificarlos rápidamente dentro de la narración: qué dice, qué no
dice y cómo lo dice habla mucho de ellos, tenlo en mente cuando estes
descubriendo a tus personajes.
En conclusión, amo a marina y el mundo que plantea y por
eso, es merecedora de un Azrael con gafas facheras.
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